viernes, 28 de enero de 2011

El amigable

Pasada toda la noche, ya de mañana, mientras el dueño de casa se encontraba por el quinto sueño, él se despertó a causa de la luz del sol que se filtraba por la persiana mal cerrada. Debido a que estaba muy cansado, por momentos dormitaba y por otros permanecía despierto.
En uno de sus lapsos de lucidez oyó una voz que le sonó muy similar a la de su padre. Esta provenía de la calle y estaba hablando con otro persona, que por el tono de la voz él dedujo que era de una mujer.
La conversación fue bastante breve pero sin embargo él parecía convencido de que esa voz era realmente la de su padre. Es por esto, que al sentir que terminó la conversación, quiso asomarse por la ventana para ver si efectivamente ese hombre era su padre. Fue así que muy lentamente se levantó de la cama intentando no hacer ningún ruido para no despertar a su amigo, y al asomarse comprobó que su apreciación era correcta. Ese hombre efectivamente era su padre, y éste acababa de darle algo a aquella mujer.
Fue a partir de su observación, que su cabeza comenzó a pensar posibles razones por las cuales su padre pudo ir allí. Mientras seguía intentando dilucidar dicho enigma, escuchó abrir la puerta del departamento donde él se encontraba; pocos minutos más tarde sonó el teléfono y luego de un par de sonadas alguien atendió... esa voz, la que contestó, era la misma voz femenina que la que había estado hablando con su padre. Inmediatamente, sin siquiera pensarlo, él se levantó nuevamente de la cama y se aproximó a la puerta de la habitación. Al observar por la cerradura pudo contemplar que la mujer que había estado hablando con su padre y que ahora contestó el teléfono, era la madre de su amigo. En ese mismo instante se quedó duro, no entendía con que objeto fue su padre a hablar con ella.
A partir de ese momento, en su cabeza empezaron a circular las ideas más rebuscadas que se le pudieron ocurrir... llegó a pensar que sufría de una enfermedad crónica y que sus papás le escondían los remedios en la comida. Muy preocupado por el asunto y desconociendo quienes eran cómplices de ese secreto decidió no comunicarle nada a su amigo, quien aún permanecía dormido.
Una hora pasó más o menos hasta que se levantó su amigo. En ese momento salieron de la habitación y se dirigieron a la cocina, donde los esperaba la madre de su amigo con la comida hecha. Mientras comía, mejor dicho mientras examinaba la comida para asegurarse de que no haya nada oculto en ella, pudo observar que había un sobre en el bolsillo del jean de dicha mujer.
Minuto a minuto su grado de intriga era mayor. Estaba desesperado por saber que había allí; estaba esperando ansiosamente conocer que le había dado su padre a aquella mujer...
En un momento, sin siquiera pensarlo se levantó muy rápidamente y tomó el sobre del bolsillo de la mujer. Éste era un sobre común y corriente, no tenía estampilla alguna ni lugar de emisión.
Inmediatamente después de tenerlo en sus manos, ya sin soportar ni un segundo más la intriga, abrió el sobre...
... al abrirlo, quedó congelado. No podía creer lo que había allí dentro. Completamente enloquecido, comenzó a llorar y gritar como un bebe recién llegado al mundo. Dijo a los allí presentes que esta sociedad estaba completamente enferma, que la raza humana se había transformado en un conjunto de repugnantes seres detestables y que no podía creer el grado de locura que habían alcanzado las personas. Acto seguido, tomó un cuchillo, cortó sus genitales y mientras se desangraba en el suelo intentó comérselos, tratando de representar así, la inmundicia de la sociedad humana...

No hay comentarios:

Publicar un comentario